viernes, 22 de enero de 2016

Malacostumbrado.

Malacostumbrado a una vida que supura,
a que el reflejo de los portales escupa
el eco de los hambrientos,
como si de un grito de derrota se tratase.

Malacostumbrado a los ojos grises
del destino, con un beso calma
los restos de mis miedos
que hacen que sueñe con un futuro
que tiene más de pasado
que de presente.

Malacostumbrado a deshacer mis manos
entre versos tristes de escritores tristes
que cantan a viva voz la felicidad
que ocultan tras sus sueños.

Malacostumbrado a una vida que supura,
de pronto, ella,
bailando a otro compás.

Con las mismas marcas en los ojos
de los que despintamos la noche
en busca de aliento para sobrevivir.

El camino ya se hizo.
Son las ganas de cambiar el mundo,
de saciar la sed de los que vienen
en busca de un destino,
de ayunar con el dolor ajeno
y ver el mundo en otra escala.

Sigue bailando
y dame paz,
aliento para las noches de insomnio
e inspiración para mis derrotas.

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