lunes, 20 de abril de 2015

Lecciones.

Desde niño me enseñaron
a ser responsable,
a ser puntual,
a hacer lo correcto,
a mantenerme callado
y saber escuchar.

Me enseñaron 

a creer en su Dios, 
y a rezarle, incluso en latín.

Me enseñaron que la vida

aprieta pero no ahoga,
que el amor duele,
y que todos mis actos
tienen una consecuencia
y tengo que sentirme 
culpable por ellos.

Me enseñaron que hay

que ser alguien en la vida
y que hay que perderla
trabajando dignamente

Yo solo
aprendí a equivocarme,
demasiado.

Aprendí que la vida
aprieta y que los que ahogan
son los de arriba,
que sus actos tienen consecuencias
y que no debemos sentirnos
responsables de ello.

Aprendí a matar a su Dios,
y a quemar sus iglesias.
Aprendí que el hambre
es necesidad y no un lujo
como pretenden.

Aprendí que la rabia
hay que organizarla
y que cuando no hay
nada que perder
lo tenemos todo
por ganar.

Aprendí que el amor no duele,
y si duele no es amor,
y que quien bien me quiere
no me hará llorar,
eso seguro.

Aprendí a ser yo
y a no sentirme
culpable por ello.