jueves, 15 de enero de 2015

Es cierto.

Cuando los pasos se alejan
sólo queda el desconcierto,
las puertas cerradas,
el calor de aquellos
que ya no están,
que con su sola presencia
llenan vidas enteras.

Tal vez nunca sepamos
si las huellas que dejamos
servirán para guiar el camino
de los que se quedan,
si el sudor de nuestra frente
calmará su sed.

Nuestras vidas se disuelven
entre los sueños que cumplimos.

Es cierto.

Es cierto, que el dolor
no dura para siempre,
pero el recuerdo
anida entre los restos
de la vida,
que nace,
que luce.