Había cambiado,
ya no era el mismo
y sus pasos
le alejaban
cada vez más
de la persona que era,
de la persona que fue
y sobre todo
de la persona que quería ser.
Uno
a
uno
fue conociendo
todos los bares
y copa
a
copa,
beso
a
verso,
se los bebió.
Y borracho
copa
a
copa,
beso
a
verso,
acabó con lo único
que merecía la pena,
su propia
vida.
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