jueves, 9 de octubre de 2014

Hijos.

Hijos de unas manos 
que han trabajado lo que duran veinte vidas.

Hijos del reír por no llorar,
del llorar de tanto reír,
de luchar porque sí.

Hijos del trabajar hasta morir,
del ayunar por ver crecer, 
del compartir sin apenas tener.

Hijos del "toma para que no llores",
hijos del "toma para que llores por algo".

Hijos de soñar y cumplir,
de querer y poder,
hijos de volar aun sabiendo que van a caer.

Hijos de luchar por no parar,
del llorar y sonreír,
del sonreír porque sí.

Hijos del querer sin rendirse,
del enseñar lo que saben,
hijos del amor de unos padres 
que hoy besan con temblores.

Hijos del reír por no llorar,
del llorar de tanto reír,
de luchar porque sí.


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