Confieso
que tengo miedo de pensarla,
que fui un juguete entre sus piernas,
que luché con la pasión de los derrotados,
que estoy harto de amar de prestado,
que era ella la quería cambiar el mundo y yo el que quería que el mundo me cambiara a mi,
que no quiero ser feliz por miedo a dejar de escribir.
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